¡Soy millonario!

¡SOY MILLONARIO!

Un suceso extraordinario
me ha llenado de alegría:
¡Me tocó la lotería
y me he vuelto millonario!

¡Vaya suerte! ¡Qué ilusión!
Porque con tanto dinero
por fin haré lo que quiero
disfrutando un mogollón.

Primero quiero viajar
por algún país latino...
Mejor no, que es desatino
y me pueden secuestrar.

Y puesto que soy soltero
me buscaré una mujer...
Tampoco, no vaya a ser
que me quiera por dinero.

Seguro que los del banco
también me quieren dar coba,
que donde hay pasta te roba
hasta un cojo, un ciego o un manco.

Yo que solo siempre he estado
y tengo de ello testigos,
hoy saldrán miles de amigos
a ver qué les ha tocado.

Y con desparpajo y arte
me darán la enhorabuena...
¡Y con carita de pena
me reclamarán su parte!

¡Pues me tendré que marchar!
¿Pero adónde coño voy
si siempre fui donde estoy
sin quererme desplazar?

Me parece un disparate
que me largue porque sí
y luego lejos de aquí
alguien me robe y me mate.

¡Ay, Señor, no sé qué haré
con tantas preocupaciones
que causan estos millones!...
¡Pero me acostumbraré!

Jesús María Bustelo Acevedo

Cosas que he visto

COSAS QUE HE VISTO

He visto muchas cosas:
una pulga que baila,
un pedo que se quema,
un cadáver que habla...
y que si contradices
lo que dice te aplasta.
He visto muchas cosas:
un libro sin palabras,
un político honesto,
una ramera santa,
un catalán gracioso,
un andaluz sin gracia,
un cochino limpísimo,
una silla sin patas,
un sordo que te escucha,
un mudo que te habla,
un ciego que te mira,
un loro que se calla,
mañanas tenebrosas,
brillantes madrugadas,
las almas invisibles,
la carne de la Nada,
y he visto terminarse
lo que jamás acaba.

Jesús María Bustelo Acevedo

¡Calle!

¡CALLE!

No cojáis declaraciones
de la gente de la calle,
que la gente siga muda,
que la gente tome parte
como meros monigotes
simples y manipulables;
que ya están los portavoces
para hablarles en detalle
de los sueños, ilusiones,
ambiciones e ideales
de estos hombres y mujeres
que jamás los calla nadie...
¡No cojáis declaraciones
de la gente de la calle!

Jesús María Bustelo Acevedo

Sin Comentarios

¡SIN COMENTARIOS!

Amores bellos y extraordinarios
que te iluminan el corazón...
¿Qué te parecen? ¡Sin comentarios!

Cantares nuevos, sencillos, varios,
que ponen música a tu ilusión...
¿Son de tu agrado? ¡Sin comentarios!

Y esas torturas, esos calvarios,
que te produce tu sinrazón...
¿No son horribles? ¡Sin comentarios!

¡Qué maravilla de poemarios
esos escritos con gran pasión!
¿No estás de acuerdo? ¡Sin comentarios!

Esas noticias de los diarios
de un terremoto que hubo en Japón,
¿no te conmueven? ¡Sin comentarios!

¿No son indignos los idearios
que hacen defensa de la opresión
y la censura? ¡Sin comentarios!

A esos que salen de los armarios
tras tantos años de represión,
¿qué le dirías? ¡Sin comentarios!

¿Y esos magufos y visionarios
que nos anuncian la conclusión
del mundo entero? ¡Sin comentarios!

¿Y los bribones y los falsarios
que se construyen una legión?
¿No son odiosos? ¡Sin comentarios!

¿Qué te parecen los voluntarios
que dan sus vidas en cada acción?
¿Los que movidos por compasión
son amorosos y solidarios?
¿Y aquellos sabios que con su don
han preferido ser del montón
a ratoncillos bibliotecarios?
¿O los que eligen la rebelión
a los placeres más sedentarios?

¡Sin comentarios! ¡Sin comentarios!

Jesús María Bustelo Acevedo

UNA CUALQUIERA

Se llama Mujer Sin Nombre
y en su patria sin bandera
no hay ni verano ni invierno
ni otoño ni primavera;
no existe Infierno ni Edén,
ni la risa ni la pena,
ni lo dulce ni lo amargo,
y no hay nada que le duela
ni nada le da placer;
no hay ojos que puedan verla
ni siquiera en un espejo;
no habrá noche en la que muera
ni hubo día en que nació;
ni duerme ni se despierta,
nada dice, nada escucha,
no es mortal y no es eterna;
nada tiene para sí
y todo vive por ella...
La Tierra no la conoce
porque es bastante pequeña.
Se llama Mujer Sin Nombre,
y es una mujer cualquiera.

Jesús María Bustelo Acevedo
TU MUSEO

Yo no quiero volver a tu museo,
esos cuadros oscuros me deprimen;
tus estatuas horribles me amenazan
con su firme quietud; me ponen triste
todos tus laberintos infinitos
donde tan sólo falta el aire libre;
no me gustan tus tímidos esbozos
es esas blancas nubes que no existen;
ni siquiera esos versos tan hermosos
llenos de amor, ternura y paz que escribes,
y que arrancándoles sus blancas alas
los encerraste entre barrotes viles...
No me tortures más, salgamos fuera,´
donde esta primavera nos bendice,
y que se mueran todos los museos
y que nunca jamás nos asesinen.

Jesús María Bustelo Acevedo
LA VERDADERA PATRIA

La verdadera patria son los sueños
de todos los que viven en mi casa,
y es el jardín donde jugué de niño
con la inocencia y el color del alma
de quien ignora aún tanta malicia
de aquellos que asesinan por su patria.

La verdadera patria está en bañarse
de luz y de calor cada mañana;
gozar de la amistad y del amor,
danzar con el futuro y la nostalgia,
y nuestra gran bandera es el cariño
que a todas las demás las hace falsas.

¿Qué ha de valer el pabellón pomposo
que ondea amenazante en la fachada
si ya se sabe que algún resentido
la ha de blandir como si fuera un arma
contra el pecho enemigo e inocente
enrojeciendo la bandera blanca?

La verdadera patria son los sueños
y realidades que nos acompañan,
y todas las grandezas y miserias,
y todos los silencios y palabras;
el barro y las estrellas que nos unen
y todo lo que nunca nos separa.

Jesús María Bustelo Acevedo
MALOS POETAS

Se buscan malos poetas,
porque los buenos son pocos
y de lo buenos que son
los pobres se han vuelto tontos.
Se precisan de poetas
torpes y de verso tosco,
esos de palabras feas
y corazones hermosos,
poetas de labios mudos
pero de elocuentes ojos,
con orejas musicales
y con bolígrafos sordos.
Se buscan malos poetas,
porque los buenos son tontos,
visten de hermosas palabras
lo que les sale del orto,
que en verdad es el ocaso
de algún pasado tramposo;
¡se buscan malos poetas
que ya están muertos los otros,
poetas de torpes versos
y de corazón hermoso!

Jesús María Bustelo Acevedo

¡YO NO SOY TONTO!

¡Conócete a ti mismo, y mira al corazón!
¡Con un quince por ciento de descuento ahora puedes!
¡Hasta el cinco de marzo está abierta esta oferta
en centros comerciales y grandes almacenes!

¡Aprovecha esta oferta que no va a repetirse!
¡Con poquito dinero dispón de la gran fuente
de la sabiduría, de la felicidad
y de la magia que hace realidad cuanto sueñes!

¡Conócete a ti mismo y compra en nuestra tienda!
¡Y entrarás al sorteo de un viaje a las Seychelles!
(no vendemos milagros ni erigimos verdades,
en el fondo eres tú quien comprando se vende).

¿Todavía estás sufriendo? ¡Si eso ya no se lleva!
¡Con esta gran oferta eso desaparece!
(al menos en principio, pero al llegar el día
tú seguirás sufriendo, que es lo que nos conviene).

¡Con un quince por ciento, y encima regalamos
un libro de poemas y cuentos para nenes
y la última película de Spiderman también!
(para que cuando caigas te sostengan sus redes).

¡Las verdades del alma, la voz del corazón,
tanto tiempo calladas, y perdidas, y ausentes,
a un precio razonable, aunque murió Berlanga,
el mismo Míster Marshall de nuevo te las vende!

Jesús María Bustelo Acevedo
LOS OTROS POEMAS

Hola, yo también escribo poesías,
con besos, risas, con lágrimas...
Y a veces sólo con palabras:
esos son los versos más sencillos.
Me pregunto dónde están tantos poemas
que no tienen palabras;
¿están fuera del tiempo y del espacio,
como en otra dimensión...?
¿Y adónde están los versos que escribí en el futuro?
Una vez hice un poema con un lápiz de carne;
disfruté mucho, y no fui el único...
A los nueve meses podría verlo en su papel,
sin decir otra cosa que no fuera inocencia,
aunque alguna vez tuviera su propia voz
y dijera: Papá, yo no soy ningún poema.
Pero no fue así,
esos versos se perdieron en las entrañas
de la propia Musa que los inspiró...
No importa;
a fin de cuentas, es divertido ser poeta.

Jesús María Bustelo Acevedo
PALABRA DE DIOS

Rosáceos y gavioteros,
abrid bien vuestras orejas,
que el dios de los Españoles
ante ustedes se presenta;
¡no equivocarse, por Dios!
(el de las muchas riquezas,
los tesoros misteriosos
y las joyas verdaderas,
que ni paga esos impuestos
que engorden vuestras miserias),
que yo sólo soy el dios
que vive en este poema.
Una cosa he de deciros
a los miembros y las miembras
de tu respetable credo
y del de la competencia:
no me pongáis más la lupa
a los que viven afuera,
sino enfocadla hacia adentro,
que es donde están los problemas.
¿Cómo encontrar solución
en una ajena respuesta
en tanto se queda oliendo
al fondo la propia...? Venga,
a mirar siempre al futuro...
¡y apartad la lupa esa!

Jesús María Bustelo Acevedo
ZARATHUSTRA REVIVAL

Ten cuidado, varón irrepetible:
desde la madrugada te interpelan,
con esa voz que los profundos sueños
enloquecen tu alma de saber
desde el pozo insondable de la vida,
y el Sol brilla ignorante en las alturas.
Intenso es su sonoro sufrimiento
aunque te duela más cuando se goza.
Mujer, te está llamando la aflicción,
pero tu dicha quiere ser perenne
y serlo en ese pozo inmensurable.

Jesús María Bustelo Acevedo
RELÁJATE Y DISFRUTA

Relájate y disfruta de este cáliz
que te dará el perfume de la vida
para gozar sin dogmas ni equipaje
de toda mi doctrina;
relájate y consume de mis labios
esta verdad sin límites ni cifras,
sin credos ni substancias psicotrópicas,
sin guerras, sin pasión, sin geometría...
Relájate y verás que poderosa
y que sabia es tan sólo una caricia.

Jesús María Bustelo Acevedo
NOSOTRAS

Nosotras no somos lo mismo que ellas,
las sombras ingenuas de un mundo exterior,
tenemos las manos repletas de estrellas,
de fuego las mentes y el alma de amor.

Pero sobre todas las cosas tenemos
un toque perverso, cruel e inmoral,
por nada mundano jamás nos vendemos
y al Cielo nos lleva la senda del mal.

Nosotras no odiamos como los idiotas
que entregan sus vidas al torpe impostor,
pelotas de un juego bastardo, pelotas
que arrastran tan sólo blandura y rencor.

Jesús María Bustelo Acevedo
POEMA JUDÍO

Nos robasteis, cristianos, nuestro Dios,
como el que roba un trozo de montaña,
y tras despedazárnoslo con saña,
sin devolverlo, le decís adiós.

Jesús María Bustelo Acevedo