PALABRA DE DIOS

Rosáceos y gavioteros,
abrid bien vuestras orejas,
que el dios de los Españoles
ante ustedes se presenta;
¡no equivocarse, por Dios!
(el de las muchas riquezas,
los tesoros misteriosos
y las joyas verdaderas,
que ni paga esos impuestos
que engorden vuestras miserias),
que yo sólo soy el dios
que vive en este poema.
Una cosa he de deciros
a los miembros y las miembras
de tu respetable credo
y del de la competencia:
no me pongáis más la lupa
a los que viven afuera,
sino enfocadla hacia adentro,
que es donde están los problemas.
¿Cómo encontrar solución
en una ajena respuesta
en tanto se queda oliendo
al fondo la propia...? Venga,
a mirar siempre al futuro...
¡y apartad la lupa esa!

Jesús María Bustelo Acevedo
ZARATHUSTRA REVIVAL

Ten cuidado, varón irrepetible:
desde la madrugada te interpelan,
con esa voz que los profundos sueños
enloquecen tu alma de saber
desde el pozo insondable de la vida,
y el Sol brilla ignorante en las alturas.
Intenso es su sonoro sufrimiento
aunque te duela más cuando se goza.
Mujer, te está llamando la aflicción,
pero tu dicha quiere ser perenne
y serlo en ese pozo inmensurable.

Jesús María Bustelo Acevedo
RELÁJATE Y DISFRUTA

Relájate y disfruta de este cáliz
que te dará el perfume de la vida
para gozar sin dogmas ni equipaje
de toda mi doctrina;
relájate y consume de mis labios
esta verdad sin límites ni cifras,
sin credos ni substancias psicotrópicas,
sin guerras, sin pasión, sin geometría...
Relájate y verás que poderosa
y que sabia es tan sólo una caricia.

Jesús María Bustelo Acevedo
NOSOTRAS

Nosotras no somos lo mismo que ellas,
las sombras ingenuas de un mundo exterior,
tenemos las manos repletas de estrellas,
de fuego las mentes y el alma de amor.

Pero sobre todas las cosas tenemos
un toque perverso, cruel e inmoral,
por nada mundano jamás nos vendemos
y al Cielo nos lleva la senda del mal.

Nosotras no odiamos como los idiotas
que entregan sus vidas al torpe impostor,
pelotas de un juego bastardo, pelotas
que arrastran tan sólo blandura y rencor.

Jesús María Bustelo Acevedo
POEMA JUDÍO

Nos robasteis, cristianos, nuestro Dios,
como el que roba un trozo de montaña,
y tras despedazárnoslo con saña,
sin devolverlo, le decís adiós.

Jesús María Bustelo Acevedo