Fin del Mundo

FIN DEL MUNDO

¡Ya se me ha acabado el mundo!
Ya no hay tiempo ni hay espacio,
se acabó, y aquí y ahora
es la nada lo que abrazo.

¡Profecías que eran ciertas!
¡Augurios que no han errado!
¡El mundo que compartimos,
dichosos, ha terminado!

El edén que se ofrendaban
mutuamente nuestros labios,
un intruso apocalipsis
en infierno ha transformado.

¡Que se queden con su mundo
los estúpidos humanos,
que el de los dioses que fuimos,
sin tu amor, ya se ha acabado!

Jesús María Bustelo Acevedo

Poetas de España

POETAS DE ESPAÑA

Estos son los poetas de España,
desde mil cuatrocientos noventa,
más o menos, al año dos mil;
pero ahora son más los poetas
exiliados en el Universo
y las patrias de antaño están muertas.
Estos son los poetas de España,
aunque todo mortal es poeta,
ya lo grite o lo calle y albergue
lo inmortal esa voz que silencia.
Estos son los maestros de ayer,
cuyos versos no tienen fronteras.

Jesús María Bustelo Acevedo

Letanías de la Fabra

LETANÍAS DE LA FABRA

Mientras ellos se acomodan,

los parados, ¡que se jodan!

¡Qué macabra es esa Fabra

sin vergüenza ni palabra!

Aunque hay muchos que los sodan

con el fútbol, ¡que se jodan!

¡Y qué porvenir se labra

la macabra de la Fabra!

Las parejas que se "embodan"

e hipotecan, ¡que se jodan!

Lo que al pueblo se apalabra,

¡qué más da a los de la Fabra!

Los currantes que ahora apodan

"manteníos", ¡que se jodan!

Y yo estoy como una cabra

si es normal lo de la Fabra...

Si mis versos incomodan,

pues lo siento... ¡y que se jodan!

¡Y a Laponia que se abra

la macabra de la Fabra!

Jesús María Bustelo Acevedo

La Naturaleza

LA NATURALEZA

No entiende la Naturaleza
de aquellas cosas de los hombres,
de su alegría o su tristeza,
de sus gobiernos o sus nombres.

Ellos no son más que pedazos
de su infinita potestad
que retozando en sus regazos
gozan su breve libertad.

Si ella bosteza o se divierte,
sabe el Demonio o sabe Dios,
que ante el dolor o ante la muerte
algunos de ellos van en pos.

No entiende la Naturaleza
ni de moral ni de derechos,
ella se envuelve en su belleza
y se alimenta de sus pechos.

Jesús María Bustelo Acevedo