Manifiesto por una nueva España

MANIFIESTO POR UNA NUEVA ESPAÑA

Manifiesto por una nueva España,
porque necesitamos un estado
nuevo y distinto de ese que ha juzgado
que en la vieja ya somos gente extraña.

El toro, el crucifijo y la patraña
del que añora un ayer finiquitado,
se los pueden quedar quienes con saña
harán su porvenir con su pasado.

La España que yo quiero es infinita
y no puede acotarla en sus fronteras
quien a sí mismo en su rencor limita,

y entre cilicios, cuernos y banderas
y siempre cara al sol, ni al sol le quita
luz que ilumine sus entendederas.

Jesús María Bustelo Acevedo

¡Qué grande es España!

¡QUÉ GRANDE ES ESPAÑA!

¡Qué grande es España, qué grande!,
para todo aquel que la tenga
o el que no la tenga y se venga
y a todas sus sendas las ande.

¡Qué grande es España! Galicia,
con ese misterio tan hondo
que llega del alma hasta el fondo
como una perenne caricia.

¡Asturias! Que calle o que hable
quien goce en sus cumbres eternas,
y clave en las suyas, internas,
la cruz de su biblia y su bable.

Ornada del tenue chubasco
o el pálido sol donostiarra
y siempre abrazado a Navarra
se ve el pueblo mítico vasco.

Y al norte a la diestra, la hermana
de gente sencilla y valiente,
tan plácida e independiente
cual la brava mar catalana.

¡Qué primaveral la presencia
perenne y perenne la playa
de aquella que nunca nos falla
por su gran valía, Valencia!

Bañada de luz y de trova
sabrosa se muestra Natura,
cual toda la huerta asegura
en torno a la Cartago Nova.

Que no se me olvide el pilar
de nuestra preciada nación,
la maña de España, Aragón,
que nadie podrá derrumbar.

El alma, ni extrema ni dura,
del conquistador extremeño
conquista la nuestra en su empeño
con su sobriedad y ternura.

¡Qué importa el pasado y la gloria
allá donde Bécquer, Machado
y todos los que la han amado
hallaron la paz que da Soria!

Antes que me llegue la muerte
y el río en su mar se recoja,
amén de beberte, Rioja,
de verte quisiera la suerte.

¿La suerte? No creo en ninguna,
que no inventa reyes ni parias;
tan sólo en las Islas Canarias
se puede encontrar la fortuna.

¡Que viva la gracia, el salero
y el duende del pueblo andaluz,
que lleva en sus ojos la luz
del alma dichosa!, ¡te quiero!

¡Oh España de Sancho y Quijote
que vence al titán hasta en sueños,
no logran los torpes empeños
ni en ellos que se te derrote!

La España del Sol y del Cid
que bate a la muerte en su duelo
y abraza triunfante ese Cielo
que siempre comienza en Madrid.

Un Cielo sublime que expande
mi España sin celos patriotas,
sin rosas ni azules gaviotas...
¡Qué grande es España, qué grande!

Jesús María Bustelo Acevedo