La Secta de las Lamentaciones

LA SECTA DE LAS LAMENTACIONES

Es la secta de las lamentaciones,
que se extiende por todo el mundo entero,
mas que entero, parcial en cada pero
que le pone al saber con sus llorones.

Es la secta del miedo y los jodidos
por la separación de un mero muro,
que se levanta como un credo oscuro
cual Torre de Babel con sus bandidos.

Sumida a lo caduco del dinero,
sin la riqueza de los corazones,
es la secta de las lamentaciones
que se extiende por todo el mundo entero.

La mentira y el hambre y el obús
es lo que impera en cada mandamiento,
¡sólo nos salvará tu advenimiento,
y tu voz, que no pasará, Jesús!

Jesús María Bustelo Acevedo

Sino al que anduvo en el mar

SINO AL QUE ANDUVO EN EL MAR

Me río porque no lloro,
ya que esta fiesta me espanta:
la de la semana santa
o del becerro de oro.

Al populacho divierte
ver la pena y el dolor,
que no es la fe en el amor,
sino el credo de la muerte.

Y del ocaso hasta el orto,
suceden a las saetas
en contra de metralletas
levantás contra el aborto.

Mientras, torturan con saña,
ante el regocijo ateo,
al que es el único hebreo
que no expulsaron de España.

Y es por eso que ni quiero
y ni le puedo cantar
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar.

Jesús María Bustelo Acevedo

El Sueño

EL SUEÑO

Dormir es dar tu fe
a ese dios asesino
de la muerte, que vino
a ser parodia de
el Creador Divino.

Dormidos, guerra y paz
son la misma moneda,
que el tiempo, capataz
de lo falso, se queda,
como el César falaz.

Por tanto, estar despierto
es sólo conocerse
y eternamente verse
en la verdad, lo cierto
y amoroso de serse.

Porque la vida es sueño
en el mundo pequeño
que vive en la mentira
del dogma y de la ira
sin salir de su empeño. 

Jesús María Bustelo Acevedo

Semana Santa

SEMANA SANTA

Semana, ¡santa semana!,
que empiezo con trabajito
el lunes muy despacito
temprano por la mañana.

Pero el martes ya me ves
feliz, contento y repuesto,
y a recibir bien dispuesto
al miércoles con olés.

Que para que te renueves
por cada vena y arteria,
se huele la sexta feria
una vez llegado el jueves.

¡Viernes santo! Se prescinde
del calvario, que acabado
se le ve crucificado
ante el umbral de otro finde.

Y el sabadín sabadete
por fin llega tu descanso...
¿Descanso? ¡O a hacer el ganso
bailando con seis o siete!

Y si tanta diversión
exhausto te deja... ¡bingo!,
¡que amaneciendo el domingo
llega tu resurrección!

Jesús María Bustelo Acevedo